*La puerta estaba emparejada únicamente, dentro de esta la oscuridad era dominante. Unas cuantas luces bien ubicadas alrededor de la habitación daban luz en aquel sitio, dejando ver la cama, cual estaba en una de las esquinas del cuarto, una mesa de centro sobre la cual reposaba un estuche, de un instrumento musical; un violín.
En una esquina más de este había un pequeño librero, y en este algunas obras literarias bien acomodadas, por otro lado un sofá largo y a un lado del mismo librero un sillón.
El cuarto estaba aparentemente vació, más su reiatsu era la única señal de su presencia en aquella su habitación, oculta entre las sombras de la habitación, aprovechando que la luz era escasa.*
-Esto esta…muy tranquilo…
*Solo se escuchó su voz, un tono frió y seco completamente.*